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Existen distintos enfoques desde los cuales se puede analizar la innovación. Desde un punto de vista más agregado, la teoría de crecimiento de Solow considera que la innovación es una fuente importante de crecimiento económico al ser parte del componente “residual” de la tecnología (Moreno y Suriñach, 2014). Del lado de la microeconomía, el nivel de productividad de una economía depende de cuán productivas son sus empresas y de la asignación de recursos a firmas y actividades más o menos productivas (Syverson, 2011), donde la innovación juega un rol fundamental en la asignación óptima de los recursos de una economía hacia agentes de alta productividad, de acuerdo a una serie de determinantes como la capacidad del buen funcionamiento de los mercados, la dotación factorial de la economía, las capacidades tecnológicas y los factores institucionales, entre otros aspectos (Aboal,et al., 2014).
Asimismo, la innovación, la cual incluye la creación y difusión de nuevos productos, procesos y métodos, es parte vital de los elementos requeridos para lograr un crecimiento sostenido, gracias a que permite el incremento de la asignación eficiente de los recursos en una economía orientada hacia actividades más productivas (OECD, 2007). En la mayoría de países latinoamericanos, los esfuerzos orientados al fomento de la innovación -denominados esfuerzos innovativos- han estado rezagados respecto a los países desarrollados, lo que se ha visto reflejado en la fuerte concentración en la producción de bienes de poco valor agregado. A ello se suma una preferencia por resultados de corto plazo, lo cual ha limitado la inversión en otros aspectos como la mejora tecnológica o la investigación. Esto termina convirtiéndose en un círculo vicioso que afecta la asignación eficiente de los factores de producción.
De acuerdo a lo detallado en el Manual de Oslo (OECD, 2005), los esfuerzos innovativos pueden clasificarse en cuatro tipos según el tipo de innovación que realiza la empresa: innovación en productos, innovación en proceso, innovación organizacional e innovación en marketing (o comercialización). Dichos esfuerzos pueden verse influenciados por una serie de interacciones internas y externas, lo que brinda a la innovación un enfoque sistémico. Las dimensiones internas de la innovación están relacionadas con las actividades (como la inversión en investigación y desarrollo) y elementos (como recursos, capacidades dinámicas y competencias) dentro de la firma que llevan a la innovación (Cohen y Levinthal, 1990; Fagerberg, Shrolec, y Verspagen, 2010; Teece, 2010). Estas actividades y recursos internos son constantemente influenciados por factores externos, los cuales pueden ser tanto locales como extranjeros. Entre los factores locales se incluyen las firmas competidoras, los consumidores, las políticas gubernamentales, las instituciones, la infraestructura, el sistema educativo y las instituciones financieras, mientras que los factores foráneos están conformados por el comercio internacional y la inversión extranjera directa (Lee y Narjoko, 2015).
En este documento se estudian las principales características del sector industrial de la madera. Específicamente, se centra en dos grandes subsectores: (i) producción de madera y (ii) fabricación de productos de madera. Este sector tiene como principal insumo la madera extraída de los diversos bosques existentes en el territorio nacional. Las cifras de nuestro potencial forestal son elocuentes. El Perú cuenta con una superficie territorial equivalente a 128 millones de hectáreas (INEI, 2014). El 58% de esta superficie total, 74 millones de hectáreas, está cubierta por bosques, lo que implica que más de la mitad del territorio peruano posee una riqueza natural que sitúa al Perú como el segundo país con mayor superficie de bosques a nivel de América Latina, el cuarto a nivel del continente americano y el noveno a nivel mundial. La contribución económica del sector industrial de madera al Producto Bruto Interno del país ha sido del 0.7%. Si tomamos en cuenta solo la manufactura, el sector representa el 4.6%. Asimismo, en términos de empleo, concentra actualmente el 3% de la PEA ocupada del sector manufacturero, lo que equivale a alrededor de 50 mil personas. Sin embargo, el 77% del empleo es informal.
Este documento identifica las características principales del mercado de bebidas no alcohólicas, el cual ha tomado relevancia en la matriz productiva nacional gracias a su importante crecimiento durante la última década (a una tasa promedio de 6.5% en la última década). En 2014, esta industria ha llegado a contribuir en 1.5% a la producción manufacturera, donde la mayor parte de la producción está destinada al mercado interno (93% de la producción). Ese mismo año, la producción de esta industria alcanzó un total de 3,258 millones de litros, dentro de los cuales el 59% corresponde a gaseosas, 24% a aguas de mesa y mineral y 17% al resto de las bebidas. Esto ha permitido que la industria mueva una producción valorizada en más de S/. 1,000 millones.
La Encuesta Nacional de Empresas 2015 (ENE 2015) ha sido realizada por el Ministerio de la Producción (PRODUCE) en cooperación con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta encuesta recoge información sobre un marco muestral de 209,907 empresas con ventas anuales superiores a las 20 UIT1 de un universo de 1,592,232 empresas formales que existían en el Perú al cierre del año 2014. El nivel de información que se dispone de las firmas es por estrato empresarial, actividad económica2 y regiones con cifras correspondientes al año 2014.
El objetivo principal de esta encuesta es evidenciar y medir diferentes características de las unidades productivas con respecto a su organización, uso de tecnologías, acceso a insumos, comercialización, calidad en los procesos, capacitación, financiamiento, entre otras variables que se relacionan con los niveles de productividad y competitividad de las empresas. Asimismo, la ENE 2015 permitirá mejorar el diseño y la formulación de políticas públicas adecuadas para diferentes sectores y tamaños empresariales de la economía peruana.
Los principales resultados de la encuesta evidencian las dificultades que enfrentan las empresas para su crecimiento y especialización que no permiten mejorar su productividad y mostrarse más competitivas a nivel local e internacional. Los principales problemas se encuentran en el difícil acceso al financiamiento, la baja penetración de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la falta de planificación y perfeccionamiento de los procesos productivos, la baja inversión en las certificaciones, entre otros. Estos problemas afectan, principalmente, a la micro y pequeña empresa (MYPE).
Igualmente, la ENE es la primera encuesta que incluye el recojo de información sobre la percepción de regulaciones. En particular, sobre las regulaciones laborales, se encuentra que los requisitos de contratación son muy complicados, además de existir una excesiva fiscalización en algunos sectores. Esto genera sobrecostos a las empresas. En cuanto al local para desarrollar la actividad productiva, se encuentra que sólo un tercio de las empresas poseen un local propio, pese a que una importante proporción manifiesta que requieren de mayor espacio para desarrollar sus operaciones. Esto evidencia la necesidad de contar con un mayor número de áreas, especialmente de uso industrial, para el adecuado desarrollo de las actividades industriales. Además, existe una baja inversión en capital humano. La ENE 2015 encuentra que sólo 4 de cada 10 empresas realizaron algún tipo de capacitación en el 2014.
Estos problemas afectan considerablemente el potencial exportador de las empresas peruanas. Pese a la firma de tratados comerciales y la promoción activa para generar lazos comerciales, sólo el 4.3% de las empresas realizaron exportaciones en el año 2014. Además, se encuentra que el valor de las exportaciones generado por el sector manufacturero es bajo pese a la alta concentración de empresas en dicho sector. Esto se debe a que, de acuerdo al cálculo de la productividad total de factores (PTF) y de la eficiencia técnica, la gran mayoría de subsectores manufactureros se encuentran rezagados y utilizan de forma poco óptima sus insumos productivos.