Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) son de vital importancia para América Latina y el Caribe (ALC) pues representan el 99,5% de todas las empresas, generan alrededor del 60,0% del empleo y contribuyen con aproximadamente el 25,0% del Producto Bruto Interno (PBI) (Herrera, 2020). No obstante, las Mipyme se caracterizan por ser heterogéneas respecto al acceso a mercados, tecnologías,financiamiento, capital humano y vinculación con otras empresas, lo cual influye en su productividad, capacidad de exportación y potencial de crecimiento.
Así, con la evolución de la pandemia de COVID-19 que representó una crisis mundial sin precedentes que afectó no solo a la salud de las personas sino también a su bienestar económico, las Mipyme han sido particularmente las más vulnerables dentro del sector empresarial. Considerando que en el Perú las Mipyme conforman el 99,5% de la estructura empresarial y generan el 62,6% de empleo, el Gobierno peruano diseño e implementó una serie de medidas de contención y reactivación económica para disminuir los efectos sociales y económicos de la pandemia.
Sin embargo, muchas Mipyme se vieron afectadas en términos de operatividad y de ventas, especialmente, las que se encontraban dentro de aquellas actividades económicas que no eran consideradas esenciales o que no pertenecían a los primeros grupos de reactivación de actividades. El número de Mipyme formales en el Perú ha evolucionado positivamente en los últimos años. Entre 2016 y 2019, el número de firmas de este estrato empresarial creció a un ritmo promedio anual de 9,0%. No obstante, esta crisis sanitaria de COVID-19 en conjunto con las medidas para su contención, como las paralizaron de las actividades económicas, tuvieron un impacto significativo en el funcionamiento de las Mipyme. En el 2020, el número de Mipyme disminuyeron en 25,1%, es decir, 25 de cada 100 empresas peruanas dejaron de operar en 2020.
De esa manera, las ventas de las Mipyme también se vieron afectadas. En el 2020, estas contribuyeron con el 23,9% del total de ventas realizadas por el sector empresarial privado, con aproximadamente S/ 253 905 millones, 10,5% menos a lo registrado el año anterior, siendo la microempresa la más afectada pues vio reducida sus ventas en 15,6%. Asimismo, el valor de las exportaciones realizada por las Mipyme se contrajo en 18,2% asociado por la contracción de la demanda global a causa de la pandemia.
Asimismo, se estima que las Mipyme en el Perú generaron 9,3 millones de empleos, cifra inferior en 8,0% respecto al año previo, lo cual implicó que se perdieran alrededor de 788 mil puestos de trabajo en el año en este estrato empresarial. Cabe precisar que, en 2020, solo 1,46 millones (15,7%) de los puestos de trabajo generado por las Mipyme fueron empleos formales, mientras que, alrededor de 7,86 millones (84,3%) de los puestos de trabajo fueron informales. Por su parte, al cierre de diciembre del 2020, alrededor de 841 343 empresas Mipyme contaban con algún tipo de operación crediticia en el sistema financiero, cifra superior en más de 6 veces a lo registrado el año 2019. Este incremento corresponde al esfuerzo del gobierno peruano en establecer medidas extraordinarias a fin de mitigar los efectos negativos de la pandemia.
En efecto, nuestro país implementó los programas Reactiva Perú, el Fondo de Apoyo Empresarial a la micro y pequeña Empresa (FAE-MYPE), el Programa de Garantías COVID-19, el Programa de Apoyo Empresarial a las micro y pequeñas empresas (PAE-MYPE), entre otros.
De esa manera, en el marco de la política pública de fomento a las Mipyme y su internacionalización, y con el objetivo de implementar estrategias para incentivar su desarrollo y crecimiento, sobre todo, en este contexto de reactivación económica luego de los considerables efectos negativos de la pandemia de Covid-19 que ha golpeado fuertemente a este segmento, se ha planteado desde el Ministerio de la Producción (PRODUCE) el importante desafío de construir un sistema de información basado en evidencia, que incorpore un conjunto de indicadores capaces de fortalecer la formulación, implementación, monitoreo y evaluación de la oferta de servicios públicos. Además, que pueda servir de referencia para orientar el diseño de los distintos programas y acciones con el objetivo de impactar en el desarrollo productivo de las Mipyme.